google-site-verification: google328b6b5d633587f6.html Los placeres en la vida. Recetas de cocina.: El mesón del Tío Aquilino

12/13/2013

El mesón del Tío Aquilino

                                               

                            

                   Tradición y amabilidad en pleno Vallecas.



Cuenta la historia, que hace unos 41 años, que Aquilino Ibañez llegó a este barrio tan castizo de Madrid, y se ubicó en una taberna típica de las que había por los setenta....


Antes de terminar en el populoso barrio de Madrid, pasó por La Pilarica en Embajadores y anteriormente por el mesón de Sixto ubicado en Argüelles...(con unos quince años...)


Trabajador en hostelería desde los doce años, a su llegada a Vallecas en 1972, fue capaz de convertir esta característica taberna de aquellos años, en un mesón en el que se servían raciones de todo tipo, pero la que destacaba, era la oreja, y la decoración con más de dos millares de ellas colgando del techo...

Una década después, Aquilino convertiría aquel mesón de raciones, en un pequeño restaurante que adornó con múltiples antigüedades..

Tras otros diez años, el restaurante volvería a crecer, incluso llegando a hacer, un poco después, salones privados por que así lo demandaban los clientes, algunos muy especiales y conocidos.... Los hijos comenzarían a formar parte de la gran historia del Sr. Ibañez.
Año 1993 Aquilino está en la cresta de la ola...(llegó a ser comparado con Zalacaín..)

Comedor de El Mesón del Tío Aquilino


A medida que avanzan las historias, cabe la posibilidad que surja alguna traba, y por el mal hacer de alguien que traicionó la confianza de Aquilino, los clientes comenzaron a salir espantados del lugar.

Aquello quedó atrás, y en nuestra visita nos encontramos con un Aquilino feliz, paseando por la sala para obtener su feedback personal de la cocina,  un restaurante casi completo en lunes, una materia prima de primera calidad y el respaldo de la pasión que ponen los hijos en su trabajo.

Dejando a un lado la gran fábula del lugar  y el orgullo que supone para un vallecano tener un lugar así, inmerso en su querido barrio, comenzamos la comida.

En primer lugar comenzamos con un snack de bola de foie y unas aceitunas gordal rellenas de pimiento. El foie especialmente bueno.





De entrante un pastel de puerros, bacalao y salsa de pimientos. Yo recomiendo que lo dejéis enfriar un poco, ya que no tiene el mismo gusto caliente, que templado tirando a frío. Un entrante correcto. También animaros a pedir el salmón ahumado que realizan ellos mismos, con madera traída del mismo León..






Como platos principales, y para no perder la costumbre en buscar el mejor rabo de toro, uno de los comensales optó por probarlo y la otra elección un chuletón de buey.

El rabo de toro en salsa de orégano, es un plato delicioso, que se deshace en la boca, siendo tierno y jugoso con un producto de primera calidad. Quizás como pega, le vendría bien un poco menos de tomate en la salsa.



El chuletón de buey es espectacular, tierno, jugoso y con un sabor a brasa especialmente bueno.


Como postre, tarta de queso con arándanos, que era correcta. Hablando con la hija de Aqulino nos sugirió que la próxima vez degustásemos el flan de queso (que así será), y que la tarta que tomamos, una vez asentada, tendría mejor sabor.

La comida fue maridada por un gran colegiata crianza del 2004 (tempranillo), de una de las bodegas más antigüas de Toro (Fariña). Explosión frutal y de brandy en nariz, con toques frescos, suaves y frutales en boca... Aún estando pasado un poco el consumo óptimo, la conservación del mismo era buena. Delicioso.
La carta de vinos de la que dispone el mesón es muy variada.

Amplia bodega en el Mesón del Tío Aquilino


En cuanto al servicio, el trato es excelente, preocupándose por el comensal y sus inquietudes desde la entrada por la puerta. Tradición es dejar la botella de vino abierta encima de la mesa, por lo que no os asustéis si observáis que no os sirven el vino en la copa.

El Mesón del Tío Aquilino cuenta con un parking justo antes de llegar al restaurante por la calle Josué Lillo, os recomiendo que dejéis allí el coche, ya que es una zona un tanto complicada para aparcar.

Gratamente puedo afirmar que Vallecas vuelve a contar con un gran restaurante de comida tradicional con una excelente calidad en las materias primas....

Gracias Aquilino por devolvernos a 1993 y esa cresta de la ola.



2 comentarios:

  1. Lamento informarles que el restaurante cierra sus puertas el 31 de enero. Gracias por su excelente critica

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    Respuestas
    1. Aunque le respondo un poco tarde, gracias por su aportación. Pensé que en su día lo añadí a la entrada y ni fue así. Se marchó el Zalacaín de Vallecas.

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